El Ejecutivo madrileño garantizará el próximo año la Renta Mínima de Inserción (RMI) a todas las familias madrileñas que cumplan los requisitos exigidos para la percepción de la misma: tener residencia en la Comunidad, ser mayor de 25 años y menor de 65 años, carecer de recursos económicos suficientes y no cobrar otro tipo de prestaciones o pensiones procedentes de otros organismos.
Para cumplir este compromiso, la Comunidad de Madrid destinará 51,1 millones de euros en el 2010 a las cuantías económicas que se otorgan a los perceptores de esta ayuda, lo que supone un incremento de esta partida del 10% respecto al año 2009. En el primer semestre de este año, en concreto, se ha atendido una media mensual de 9.229 familias, se prevé que en el 2010 se pudiesen alcanzar las 12.500 familias. La consejera de Familia y Asuntos Sociales, Engracia Hidalgo, ha recalcado que el objetivo de esta prestación “no es conceder a los perceptores de la misma un subsidio indefinido, sino permitir a las familias un sustento puntual en un momento de dificultad y trabajar con ellas para motivarlas a encontrar trabajo y a salir de ese mal momento”.
Junto a la percepción económica, el departamento autonómico de Asuntos Sociales está subvencionando 69 proyectos, en los que durante el primer semestre han participado 1.170 beneficiarios de la RMI o sus familias.
El 65,54% de los beneficiarios de la Renta Mínima son parados, y se caracteriza por una mayoría de mujeres, representando el 66,6% de los perceptores, con una edad media de 43 años y familias con menores a su cargo, que suponen el 40,02%.
Para concluir, la consejera volvió a recordar el compromiso de la Comunidad de Madrid con aquellos madrileños que se encuentran en una posible situación en riesgo de exclusión social, que pueden llegar a cobrar hasta 527 euros. “Además, el Gobierno regional se compromete a revisar los baremos económicos en junio y ajustar la cantidad de la Renta Mínima en función del incremento del IPC por encima del 0,5%”.
jueves, 10 de junio de 2010
Observatorio de la pobreza
Desde la década de los cincuenta, Cáritas ha sido una importante fuente de información sobre temas relacionados con la realidad social, con especial dedicación al estudio y análisis de los fenómenos de pobreza y exclusión social. Con la intención de disponer de una descripción fiable y actualizada sobre las características de la pobreza y la exclusión, Cáritas da un paso más a través de la creación del Observatorio de la Pobreza.
El Observatorio de la Pobreza es un valioso instrumento de recogida, investigación y contraste de los aspectos cuantitativos de las personas excluidas y de la descripción cualitativa de sus características y de los procesos El Observatorio se alimentará de las siguientes fuentes de información:
1. Información directa sobre las personas que son acompañadas desde Cáritas (“datos primarios”) a través de una amplia red de información que se está extendiendo por todas la Cáritas Diocesanas de la Confederación y que consiste en una aplicación informática denominada MÓDULO de INTERVENCIÓN SOCIAL del SICCE.
2. Información comparativa entre datos directos de las personas en exclusión y datos estadísticos estatales e internacionales (“fuentes externas o datos secundarios”).
3. Los procesos e itinerarios de exclusión social “invisibles” (información cualitativa sobre las personas excluidas).
de exclusión social.
El Observatorio de la Pobreza es un valioso instrumento de recogida, investigación y contraste de los aspectos cuantitativos de las personas excluidas y de la descripción cualitativa de sus características y de los procesos El Observatorio se alimentará de las siguientes fuentes de información:
1. Información directa sobre las personas que son acompañadas desde Cáritas (“datos primarios”) a través de una amplia red de información que se está extendiendo por todas la Cáritas Diocesanas de la Confederación y que consiste en una aplicación informática denominada MÓDULO de INTERVENCIÓN SOCIAL del SICCE.
2. Información comparativa entre datos directos de las personas en exclusión y datos estadísticos estatales e internacionales (“fuentes externas o datos secundarios”).
3. Los procesos e itinerarios de exclusión social “invisibles” (información cualitativa sobre las personas excluidas).
de exclusión social.
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